Nijmegen.


Podría haber sido cualquier otro lugar, pero ha sido ese. Empieza mi Erasmus. Aunque de momento es una especie de nube borrosa en mi cabeza y solo me suena a palabras como maletas, vuelos baratos, despedida, jerseys de invierno, holandeses y aeropuerto.


Cámara en mano, casi lo primero que haré está más que claro. Y después, nada de planes establecidos, me basta con descubrir, explorar, aprender, conocer, y disfrutar, disfrutarlo mucho.