Al girar la esquina




















Solemos soñar con el viaje de nuestra vida.
Está esperándonos tras cualquier esquina.
Esquinas como las de las calles de Cagliari. De colores, oscuras, redondeadas o peligrosas, pero todas con algo que mostrar cuando las dejas atrás.
Al girarlas iba teniendo la curiosa sensación de que sería una de esas ciudades que cuando las visito, me cambian algo por dentro. Y es que si algún día me borraran los recuerdos, mi cuerpo seguiría recordando ese lugar.

Un año más, un año menos.
Ahí quedan nuestras Polaroids, los flyers fiesteros, alguna que otra entrada de conciertos y mis abonos de transporte, que nos recuerdan que ya está, que hemos gastado un curso más y que uno menos falta por llegar.